Fito Páez sabía que tenía un as en la manga. Según contó el martes a la noche en un momento del primero de ocho shows en el estadio cerrado Movistar Arena, uno de sus músicos cada tanto le recordaba que se cumplía el aniversario de alguno de sus discos, y los 30 años de El amor después del amor lo encontró con ganas de festejarlo.
Pero por más furor que producen objetos vintage como vinilos, tocadiscos y walkmans, Fito seguramente no imaginó que su as en la manga sería tan poderoso. No sólo agotó ocho funciones que suman más de 90 mil personas, sino que esta celebración también posibilitó una enorme gira mundial y la regrabación de El amor después del amor con una serie de artistas jóvenes, un secreto que aún no ha sido develado.
Y es semejante despliegue de actividad en el presente lo que diferencia a Fito de otros ejemplos de aniversarios y festejos teñidos pura y exclusivamente por la nostalgia o el rédito económico. Porque él posee un riquísimo presente, con una reciente trilogía de discos, un show orquestal en el Teatro Colón tocando temas de Charly Garcia y hasta una biopic.